La fotografía y la lectura tienen el poder de transportarnos a lugares maravillosos sin necesidad de movernos del sofá. Nos permiten explorar vastos desiertos, compartir té con bereberes, caminar o volar a través de millones de millas en espacio y tiempo. Nos convertimos en los héroes y villanos de las más épicas historias jamás contadas. Es por esta razón que dedico mi día a día a la fotografía: para capturar esos momentos efímeros y viajar sin límites, explorando nuevos horizontes y capturando la esencia de cada aventura visual que se cruza en mi camino.