Siempre he sido fotógrafo comercial, publicitario. Mi trabajo se basa en poner las luces exactas, encuadrar cada toma según mis necesidades y lograr imágenes que cumplen un propósito claro: vender, emocionar, impactar. Para mí, la fotografía callejera siempre fue un rincón extraño de la fotografía, una zona donde muchos se sienten “artistas” sin serlo, donde el seudofotógrafo se aferra a la idea de capturar “momentos únicos”. Admito que la miraba con cierto desdén.
Pero la vida tiene formas curiosas de dar giros. En un cajón polvoriento encontré la vieja Canon Powershot SD750 de mi padre. Su pantalla está rota, pero el obturador sigue vivo. Decidí darle un propósito: capturar cuatro imágenes al azar en las calles a mi alrededor, sin pretensiones artísticas, solo por el placer de salvar esos momentos antes de que se pierdan en el scroll infinito de nuestras vidas digitales.
Las Digicams están de regreso, y mi Powershot SD750 aún tiene historias que contar. No es el equipo; es lo que ves y lo que logras preservar, capturar, mas aun teniendo en cuenta que la pantalla no funciona, no tiene viewfinder y la batería es bastante corta. Toda una tarea titánica. En ese espíritu, abrí un espacio para este tipo de fotografía: mi nueva cuenta de Instagram, @voidlight_magazine. Allí comparto una exploración sin filtros ni adornos, lejos de los flashes y las producciones publicitarias. Es fotografía cruda, directa, imperfecta… y eso es lo que la hace especial.
Por supuesto, esto no significa que haya abandonado mis raíces. Voidlight y Voidlight Fómeque, mis zines de fotografía en blanco y negro y viajes, son un reflejo auténtico de mi aproximación al turismo visual: imágenes orgánicas (aunque hoy parezca un término trillado), viscerales, y nacidas de la conexión inmediata con lo que la luz y la sombra revelan. Ambos están disponibles en Amazon y Apple Books para quienes quieran explorar un lado más artístico y narrativo de mi trabajo.
Así que, si como yo alguna vez desestimaste la fotografía callejera o pensaste que las cámaras compactas eran cosa del pasado, te invito a mirar de nuevo. Quizás encuentres historias que valga la pena contar… o simplemente una buena excusa para salir y disparar. Nos vemos en las calles, con la vieja Powershot en mano y el ojo atento a lo que la ciudad tenga por ofrecer.
